Los cambios sociales del periodo Edo revolucionan el arte en el japón de principios del siglo XVII. Con el ascenso al poder de Tokugawa Ieyasu, la capital se establece en Tokio (llamada en aquel tiempo Edo) y termina la guerra.
En tiempos de paz, la clase guerrera va dejando paso poco a poco a una burguesía creciente que demanda escenas de la vida cotidiana en la capital. Aparecen varias escuelas de pintura y se generaliza la práctica del grabado, introducida en el país por los barcos holandeses. La escuela Ukiyo-e será la que adquiera mayor importancia, produciendo xilografías que se vendían sueltas o en el nuevo formato de libro llamado manga.
Esta escuela se traduce literalmente como "estampas del mundo flotante" porque se centra en reflejar el momento fugaz, y también para describir el ambiente optimista que reina en Edo. Sin desechar las estampas de flores y pájaros, destacan los retratos de mujeres hermosas, bien de geishas o actrices, o los de "las reinas del Yoshiwara", el barrio de burdeles, cuyos manga no son otra cosa que catálogos de bellezas.
En conjunto, se puede decir que la mujer es la protagonista del arte Ukiyo-e.
No comments:
Post a Comment